martes, abril 25, 2006

 

Esperanza Brasilera

Debido a que no se puede o no sé poner fotos en el blogo, para disfrutar de este posteo hay que seguir estas instrucciones:

1) Ir a este link: http://www.lagaceta.com.ar/fotos2/2006/4/22/155629-_--10-r-cortada.jpg

2) Hacer de cuenta que dice: "Lula encontró petróleo. Brasil Baila."

3) Dejar comments (hay otros chistes posibles, ¡queda abierto el primer concurso de chistes de Lula!. Premio: un paso de baile).

lunes, abril 24, 2006

 

Miedo

No saben lo que pasó. Hoy lunes estuve tratando de poner el post del dinero y cada vez que trataba de subirlo me daba incompleto, asi que trataba y trataba, trataba y trataba. Al Final me cansé y me dediqué a hacer un compilado de historietas. Despues llegué a mi casa, abrí el blogo y, oh espanto!, estaba el mismo posteo como siete veces, era como si mi blogo se hubiera enfermado, lo desconocí de lo feo que estaba. Terrible.
Espero que en esas tres o cuatro horas en que mi blogo estuvo así nadie lo viera.
Tengo miedo que alguien haya entrado y no vuelva más.

 

Un terezo de Luis Miguel 3

¿ALGUIEN PUEDE DECIRME POR QUÉ SE DESMAYAN?

 

elucucucu

La gente en el trabajo habla de dinero, en el sentido cotidiano. “Me dijeron que por la Traffic me pueden dar $20.000.- pero el gordo dice que no la quiere vender”. “El celular de José es el mismo que el de Juan solo que el de Juan sale $50 más”..Y así. El dinero es fungible, es decir, un peso del gordo es lo mismo que un peso de Juan, entonces se me ocurre que el dinero tiene otro poder: el de comunicar a las personas, ¿qué otra cosa puede significar tan lo mismo para tantas personas como una cifra económica?. Por supuesto, me dirán que 100 pesos para el Gordo no es lo mismo que para el señor que viene a vender miel con boina, seguro, pero es lo mismo en el sentido en que todos pueden comprar lo mismo con cierta cantidad de dinero, hasta por ejemplo un criminal ultra peligroso, que asalta un banco y en el intento toma rehenes, mata dos señoras y un policía..., ¿todo para qué?: para poder disfrutar de la comprar, del intercambio amistoso, cordial y comunicativo que es la compra, la venta. (Ojo, por dios no vaya a ser tomado esto como una oda al comercio o al libre mercado, no, nunca haría eso.)
Y en esto que el dinero comunica a las personas, o facilita la comunicación, es frecuente ver como en momentos en los que no hay de que hablar siempre es posible sacar esa conversación cargada de divisas. Ciertamente es que la profundidad de estas conversaciones no es mucha, pero la gente se siente cómoda, siente que “sabe algo”.
El dinero es para una sociedad algo hermoso, no ¿sólo? en el sentido clásico que implica poder adquisitivo, sino en el sentido que representa un LENGUAJE-LEY de placer.-

viernes, abril 21, 2006

 

Poema

Mis manitas

Mis manos, apoyadas en la mesa.
Tienen pelitos y no son tan gordas como cuando niño.
No se si será la luz, o el momento.
Pero ahora que las miro me doy cuenta:
Son verdes.

jueves, abril 20, 2006

 

Un terezo de Luis Miguel 2

Volviendo a un posteo anterior me acordé de una pregunta que siempre me hice: En los recitales de cantantes-galanes (o galantantes o cantalanes) siempre se ven minas desmayadas que son retiradas por los patovicas con cara de nada (no porque los patovicas tengan cara de nada, es la situación, lo sé). Bien, esas minas, ¿se desmayan del amor o porque se afixiaron en el quilombo?, siempre me lo pregunté.
¿Ah?, ¿por qué se desmayan?

martes, abril 18, 2006

 

Dos Cositas

Cuando era chico las zapatillas eran bastante como ahora, asi con agujeritos y cordones. Las que más me gustaban eran las Toppers, las comunes, eran tan reforzadas..., con esa puntera....tan fuertes....Pero los Lucio tenían unas zapatillas que me gustaban más, con abrojos, muy simples: dos tiras de abrojos y chau.

Leyendo un chiste de Liniers del tatuaje mas chiquito del mundo me acordé que una vez en segundo año del secundario Diego Lucio me amagó a clavarme un lápiz de mina en la cara y yo puse la mano. Un pedacito muy minúsculo de mina se me clavó en la palma y nunca me lo pude sacar.
Siempre lo voy a llevar a Diego conmigo.

lunes, abril 17, 2006

 

Ahora me acuerdo

Hoy venía leyendo en el ómnibus muy cómodo con las patas cruzadas como señor fino. Cuando tenía que bajarme me di cuenta que una pierna estaba totalmente dormida y casi no podía caminar. Como pude llegué al timbre y bajé del colectivo a duras penas. Durante una cuadra caminé rengo arrastrando mi pierna y sintiendo esas agujitas en el pie.
Al llegar al trabajo todavía no había nadie para contarle lo que me había pasado.
A los diez minutos llegó Cecilia pero ya me había olvidado de todo.

 

Ni un pingo

Al que no deje comentario no lo invito un pingo. A la fiesta.

viernes, abril 14, 2006

 

Medios de Transporte

Cortito:
Cuando era chico, en jardín de infantes, me llevaron de excursión a ver medios de transporte en la ciudad. Nunca me explicaron lo que eran estos. Yo conocía los autos, los colectivos y las motos, también conocía esos camiones que llevavan muchos autos, en dos pisos. Yo creía que los "medios de transporte" eran esos camiones dificiles de ver, por consiguiente me parecía que era muy interesante salir a buscar uno de estos.
Durante la excursión mis compañeros decían: "Senorita! ahí hay un medio de transporte!" señalando un auto, una moto, o un colectivo; mi maestra les decía: "Muy bien Sebastián!, muy bien Nicolás!". Yo pensaba: " claro, la maestra es muy buena y los consiente, pero en realidad todavía no hemos encontrado ningún medio de transporte."
Creo que fue pasando por Avenida Mate de Luna y Avenida Colón cuando yo percibí a lo lejos ( a eso de tres o cuatro cuadras) uno de esos hermosos camiones de llevar autos, y grité: "¡¡Señorita , ahí hay un medio de transporte!!"; "¡Muy bien!" me dijo mi maestra como consintiendo a uno más de sus alumnos.
En ese momento sentí que algo no andaba bien, algo entre el mundo y yo.
Sigo sintiendo eso.-

martes, abril 11, 2006

 

King Africa

Me acuerdo de en una época de mi vida, hace como 6 o 7 años al salir del secundario, que me encontraba muy extraviado, no sabía que hacer, y sobre todo, y que era lo más grave: no sabía QUE SER; lo único que me gustaba era emborracharme, hacer reir a mis amigos y reirme con ellos, y a eso ni siquiera lo hacía muy seguido. Por esa época de gran despiste me di cuenta de una cosa que significó el origen de lo que después me fue marcando el camino de cómo quería ser. Esa cosa, ese punto fijo del cual partiría para construir mi ser, era este enunciado: "No quiero ser como King África".
Todavía hoy, cuando me siento extraviado en la tormenta, encuentro esa estrella. Gracias King.

jueves, abril 06, 2006

 

LA ESCOSA

Hace unos dias Jopi me manda un mail contándome que inventó una palabra: "ESCOSA". Me dice en ese mail (que eliminé sin darme cuenta), que la "escosa" es esa cosa que te agarra cuando uno trabaja, que tiene que ver con la rutina, el aliento a café, es esa cosa que te enciende una parte tuya que hace que otras cosas se apaguen; y por supuesto es algo contra lo que hay que luchar y estar atento, no dejar que nos agarre.
Yo le contesto que es verdad, y que ademas la "escosa" es muy poderosa, que el sólo hecho de pelear contra ella es muy valorable. También le digo que la escosa me suena a dos palabras "ex- cosa" y a "escoria". De ahi le siguen estos dos mails que afortunadamente no borré:

Jopi me envía:
"De una, hay que evitar la escosa de cualquier manera. A mí me suena a algo terrible, me suena a es - cosa ;una especie de sustantivo verbo en una sola palabra que es tremendo que puede llevar a la muerte espiritual. Es una palabra que te califica en el tiempo y te define como sustantivo cosa (cosa como adjetivo) de forma lineal. Definitivamente te lleva a la consumición de tu ser. No hay salvación. ES PELIGROSÍSIMA. Deberíamos alertar a todos nuestros amigos! Es urgente!. Por dios no hemos venido a este mundo para sentirnos cosa. Basta jugar para darse cuenta."

Le contesto:
"si , ahora que leo el mail de vuelta, es verdad, eso de lo lineal. Lo lineal es lo mas peligroso del mundo, lo lineal, lo organizado exactamente está condenado a la muerte. Lineales son los cañones de las armas, el lomo de las hojas de los cuchillos, las trayectorias de las balas, las fortalezas, las formas de organizarse de los ejercitos. En el ejercito a los soldados los hacen marchar más que ninguna otra cosa por existe la teoria de que entre mas recto marcha un ejercito mas letal es; y esto se relaciona con esta cosa de apuntar, si uno esta exactamente seguro de lo que quiere, si el objetivo es uno solo y no hay dudas a lo largo del tiempo, entonces el camino que habremos recorrido hacia eso será perfectamnete recto, y en esa rectitud, en esa seguridad está la muerte. Derecho nos vamos a la muerte, eso es seguro, a la vida hay que ir torcido. Saludos "

miércoles, abril 05, 2006

 

un par de links

El primero es de un blog de un tipo al que la gente le manda postales a su domicilio contando secretos íntimos, hay algunos buenísimos, artísiticamente hablando incluso.

El segundo no se bien que es pero lei un par de posteos y parecen que están buenos.

Ya llegará lo de las bolas azules, paciencia, todavía debo superar el trauma.-

Ah! dejen coments porfi, aunque sea para saber que entraron.

Adiós.
http://www.postsecret.blogspot.com/
http://bestiaria.blogspot.com/

martes, abril 04, 2006

 

El Mocho

En el mismo colegio en que tenía esta compañera había un tipo al que le decíamos el Mocho. Tenía el pelo largo, con colita, y eso era raro porque a todos los otros nos exigían el pelo por arriba del cuello de la camisa y para los que ya nos crecían pelos en la cara era imprescindible estar afeitado para entrar por las mañanas. Él la había encarado a la rectora y le había dicho que si le obligaban a cortar el pelo él se iba y que el colegio no estaba en situación económica como para darse el lujo de perder otro alumno, todo esto le había dicho.

El mocho era un tipo grandote y fibroso, parecía un tipo de gimnasio. No era bueno en los deportes ni en el estudio y era fanático del metal. El Mocho tenía dos hermanas que se vestían y peinaban como en los años ochenta (transcurrían los noventa). Tenían el pelo teñido, enrulado y bien batido, también usaban esas calzas ajustadas y camisas abullonadas; mis compañeros decían que eran medio trolas pero nadie lo sabía realmente.

Este compañero tenía los brazos llenos de cicatrices por cigarrillos apagados, cortes y demás lastimados que se hacia solo. Una vez otro compañero mío, un chileno que se llamaba Giuseppe (algún día voy a contar de él), le dijo que le daba cinco pesos si se apagaba una lapicera encendida, con el plástico chorreando, en el brazo. El mocho no dudó y se la apagó sin mostrar ningún signo de dolor, realmente parecía disfrutarlo. Me acuerdo de un compañero, uno de los bochos, que declaraba una y otra vez: “el mocho es autodestructivo” como haciendo un descubrimiento y al mismo tiempo dando una explicación completa del fenómeno.
El mocho pertenecía al pequeño grupo de alumnos que habían ido a la primaria a ese mismo colegio, él, como todos los de su grupo, tenían la costumbre de cargar a los demás por cualquier defecto o particularidad hasta extremos insoportables. Estas cargadas también se habían transferido hacia los nuevos alumnos (excepto a mi y todavía no me explico porque) que venían de diferentes colegios, la mayoría expulsados.

A mitad del ultimo año de secundaria llego un compañero nuevo, porteño, bien porteño. Este tipo le presumía a todas las chicas, pero no como presumíamos nosotros sino como galán de cine, siendo cortés y amable, algunas chicas se le reían y no lo bancaban, pero a algunas les gustaba. El tipo no era fachero pero esa tonada de forastero parecía caerle bien a unas cuantas. Me acuerdo que había una compañera que se le reía y decía que era insoportable pero que lo mismo se lo habría terminado transando si el porteño se hubiese quedado un poco más en el colegio.
Debido a lo particular que era este tipo rápidamente se convirtió en victima de las cargadas de mis compañeros, sobre todo del Mocho que no se cansaba de molestarlo. Perece que este tipo, el porteño, no estaba para nada acostumbrado a este tipo de trato y lo odiaba.

Un día, en un recreo, salieron ellos dos y otro compañero al último, el porteño iba atrás del mocho y el otro andaba por ahí. El porteño lo llamo: “eh Mocho!”, el Mocho se dio la vuelta y el porteño le metió una piña muy fuerte que lo tiró al piso. El mocho se sobó un rato en el suelo y se le fue encima. Parece que no pasó mucho más, el Mocho lo samarreó un poco pero el porteño ya había ganado. Al Mocho tuvieron que operarlo porque el golpe le había fisurado la órbita ocular. Después nos enteraríamos que el medico había dicho que el golpe del porteño había sido una piña de un profesional.
El porteño desapareció y no lo vimos si no un par de veces en la calle a la salida del colegio porque vivía a tres cuadras de éste. Obviamente el Mocho juró vengarse ni bien se recuperara.
Después de la operación un tío suyo fue a visitarlo al hospital y le regaló una manopla. Me acuerdo de mis compañeros contando entusiasmados de este regalo, parecía que la historia recién comenzaba.

Del porteño no supimos nada más, ni siquiera si lo habían echado o se había ido antes de eso. Los meses pasaron y llegó el viaje de fin de año.
El destino quiso que estando en Bariloche nos enteráramos que el colegio al que se había cambiado el porteño estaba de viaje de fin de curso en el mismo lugar que nosotros, sólo que su viaje ya promediaba mientras que el nuestro apenas comenzaba. Algunos compañeros opinaban que no había que contarle al Mocho porque éste (el mocho) lo iba a matar.

Cuando el Mocho se machaba se ponía muy loco. Una noche, durante el viaje, se separó del grupo y se fue a una especie de cabaret. Parece que tomó mucho. Entró al baño y empezó a romper los artefactos a golpes. Cuando los porteros se dieron cuenta el Mocho salió corriendo y en el apuro se chocó contra una puerta de cristal que atravesó como si nada. Llegó corriendo al hotel todo ensangrentado por los cristales, decía que la policía federal lo seguía. Estaba tan asustado que se metió bajo una cama mientras sus compañeros de cuarto se partían de la risa.

Finalmente la noticia de que el porteño andaba por ahí llego al Mocho, obviamente éste dijo que lo iba a buscar.
No se si el porteño se enteró que nosotros estábamos en Bariloche, pero realmente no corrió ningún riesgo. El Mocho decidió que era peligroso que se encontrara con el porteño, peligroso para el porteño, y optó por no salir del hotel hasta que estuvo seguro que el colegio del porteño se había ido de Bariloche. Los más amigos le creían, pero entre el resto de los compañeros bromeábamos con que el Mocho tenía miedo o por lo menos que no quería otra operación en el ojo. (Esta había sido muy cara debido a que le habían puesto una especie de prótesis de titanio).

Cuando terminó el secundario al Mocho sólo lo vi un par de veces. Una vez que lo encontré me contó que quería entrar en la Escuela Naval Militar y se estaba preparando para el examen. Después, por unos amigos de él, me enteré que no aprobó.

Hace un año lo encontré de nuevo en un bar que está en la esquina de mi casa, estaba con una chica que lo miraba con un gesto maternal. Tenía ese estilo ochentero que tenían las hermanas, no con calzas pero si el pelo batido y teñido. Me alegré por el Mocho, seguro que esta chica le hacía bien.-

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