lunes, febrero 19, 2007
Fideos con manteca y nuez moscada
- Bueno, no se como estará, prueben.
- A ver... – Mi hermana enrolló el tenedor inclinándose sobre el plato y antes de terminar de acomodar los fideos se los metió en la boca. Yo me fui al fondo para volver a los veinte minutos.
- ¿Y?, ¿que te pareció?
- Está bueno, ¿a vos te gustó Má?
- Si, está bueno, ¿pero qué es lo especial?
- ¿Qué las dos comieron del mismo plato?, entonces no debieron haber entendido, ¿vos comiste mucho Má?
- Un par de tenedores, ¿pero qué pasa, no entiendo?
- Es que era un cuento, una historia.
- ¿El plato de fideos?
- Si, pero no era sólo un plato de fideos, era un cuento, la idea era que lo comiera uno sólo, ¿sino cómo lo van a entender?.
- No, no sabíamos. ¿Porque no lo cocinás de vuelta?, o mejor dicho, ¿lo escribís de vuelta?
- No, no puedo Má. Si sabés que no puedo, no es tan fácil.
- A mi me gustó pero no entendí ninguna idea.- me dijo mi hermana.
Me quedé pensando un rato. Si los fideos eran una historia, ¿como me aseguraba que mi hermana hubiera comenzado a comer desde el principio?. Ni yo sabía bien cual era el principio. Bueno, al cocinarlos sí, pero así en el plato todos enredados y habiéndolos volcado del colador no. Ya en el plato era imposible saber por donde empezar...
¿Si uno agarra un cuento y lo corta en pedazos en muchos pedazos grandes y chicos y los mezcla y después los pega en cualquier orden, se puede entender el cuento?. Bueno, creo que no, pero tal vez si se pueda saber algo, sentir algo, tal vez si.
Así se me ocurrió al pasar que tal vez el sabor contara el cuento; pero no era esa la idea original, no, que mierda, era una historia, y las historias se cuentan. El cuento tenía que ser relatado por al comida, entonces el plato debía ser comido con orden.
Los fideos que yo había cocinado eran de esos comunes, de esos secos que vienen de 20 cm. No había forma de asegurarse que no se enredaran, que no se mezclaran y era imposible saber que fideo comer primero. Para un plato de fideos, se me ocurrió, debía cocinar un solo fideo largo e indicar cual era la punta por la que se debía empezar. De todas maneras con fideos era complicado, además esta última ocurrencia implicaba ir chupando el fideo, un asco.
Después de ese primer intento fallido se me ocurrió hacer una pizza. Con una pizza era más simple. Le ponía un numero a cada porción – con morrones y aceitunas, el cero una aceituna, el 2 un morrón curvado, el 8 dos aceitunas- y se la comía en orden.
Cuando se terminaba la pizza la historia ya había sido contada, el cuento había sido leído.
Planeé cocinar esa pizza más adelante, la cocina es cansadora y más si no se puede dejar nada al azar, si todo debe ser calculado muy finamente para que la historia se lea, porque sino sale cualquier cosa, frases cortadas, palabras fuera de lugar y cualquier tipo de deformidades.
Recordar aquel primer intento en que mi mamá y mi hermana se comieron los fideos sin prestar atención es doloroso y casi me hace desistir de intentarlo de vuelta. Debo juntar energías para volver a tratar y explicar bien a la persona que vaya a comer, asegurarme que entienda.
- A ver... – Mi hermana enrolló el tenedor inclinándose sobre el plato y antes de terminar de acomodar los fideos se los metió en la boca. Yo me fui al fondo para volver a los veinte minutos.
- ¿Y?, ¿que te pareció?
- Está bueno, ¿a vos te gustó Má?
- Si, está bueno, ¿pero qué es lo especial?
- ¿Qué las dos comieron del mismo plato?, entonces no debieron haber entendido, ¿vos comiste mucho Má?
- Un par de tenedores, ¿pero qué pasa, no entiendo?
- Es que era un cuento, una historia.
- ¿El plato de fideos?
- Si, pero no era sólo un plato de fideos, era un cuento, la idea era que lo comiera uno sólo, ¿sino cómo lo van a entender?.
- No, no sabíamos. ¿Porque no lo cocinás de vuelta?, o mejor dicho, ¿lo escribís de vuelta?
- No, no puedo Má. Si sabés que no puedo, no es tan fácil.
- A mi me gustó pero no entendí ninguna idea.- me dijo mi hermana.
Me quedé pensando un rato. Si los fideos eran una historia, ¿como me aseguraba que mi hermana hubiera comenzado a comer desde el principio?. Ni yo sabía bien cual era el principio. Bueno, al cocinarlos sí, pero así en el plato todos enredados y habiéndolos volcado del colador no. Ya en el plato era imposible saber por donde empezar...
¿Si uno agarra un cuento y lo corta en pedazos en muchos pedazos grandes y chicos y los mezcla y después los pega en cualquier orden, se puede entender el cuento?. Bueno, creo que no, pero tal vez si se pueda saber algo, sentir algo, tal vez si.
Así se me ocurrió al pasar que tal vez el sabor contara el cuento; pero no era esa la idea original, no, que mierda, era una historia, y las historias se cuentan. El cuento tenía que ser relatado por al comida, entonces el plato debía ser comido con orden.
Los fideos que yo había cocinado eran de esos comunes, de esos secos que vienen de 20 cm. No había forma de asegurarse que no se enredaran, que no se mezclaran y era imposible saber que fideo comer primero. Para un plato de fideos, se me ocurrió, debía cocinar un solo fideo largo e indicar cual era la punta por la que se debía empezar. De todas maneras con fideos era complicado, además esta última ocurrencia implicaba ir chupando el fideo, un asco.
Después de ese primer intento fallido se me ocurrió hacer una pizza. Con una pizza era más simple. Le ponía un numero a cada porción – con morrones y aceitunas, el cero una aceituna, el 2 un morrón curvado, el 8 dos aceitunas- y se la comía en orden.
Cuando se terminaba la pizza la historia ya había sido contada, el cuento había sido leído.
Planeé cocinar esa pizza más adelante, la cocina es cansadora y más si no se puede dejar nada al azar, si todo debe ser calculado muy finamente para que la historia se lea, porque sino sale cualquier cosa, frases cortadas, palabras fuera de lugar y cualquier tipo de deformidades.
Recordar aquel primer intento en que mi mamá y mi hermana se comieron los fideos sin prestar atención es doloroso y casi me hace desistir de intentarlo de vuelta. Debo juntar energías para volver a tratar y explicar bien a la persona que vaya a comer, asegurarme que entienda.
Etiquetas: 2001
Comments:
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me encanta!! me encanta la idea de un cuento desordenado!!
Me hace acordar a (sé que debería decir Rayuela, pero en realidad primero pensé en los libritos de "elige tu propia aventura"). Todo bien
Me hace acordar a (sé que debería decir Rayuela, pero en realidad primero pensé en los libritos de "elige tu propia aventura"). Todo bien
muy lindo, señor hernán.
continuando con la onda rememorativa, aprovecho para decir q libritos de elige tu propia aventura me decepcionaban por estar demasiado estructurados. soñaba con escribir (o leer?) algo similar pero monstruoso. capaz q ya se hizo cientos de veces. a rayuela no lo leí, pero creo q no es a lo que me refiero
continuando con la onda rememorativa, aprovecho para decir q libritos de elige tu propia aventura me decepcionaban por estar demasiado estructurados. soñaba con escribir (o leer?) algo similar pero monstruoso. capaz q ya se hizo cientos de veces. a rayuela no lo leí, pero creo q no es a lo que me refiero
sí, lo decía por el texto, en el sentido que parecía una suerte de reflexión sobre la escritura.
No me gustaba esa comparación, analogía, paralelismo o alegoría (no sé que vendría a ser, perdón)entre cocinar/comer y escribir/leer.
Me parecía un poco simplona. Pero si me decís que es un sueño, supongo que la cosa cambia. Ya hablaremos mejor.
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No me gustaba esa comparación, analogía, paralelismo o alegoría (no sé que vendría a ser, perdón)entre cocinar/comer y escribir/leer.
Me parecía un poco simplona. Pero si me decís que es un sueño, supongo que la cosa cambia. Ya hablaremos mejor.
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